Terminamos esta serie sobre las guías SAFER con la número 9, dedicada a la comunicación clínica.

La comunicación es un elemento clave en el proceso asistencial y que existan errores en la misma puede tener un gran impacto en la seguridad del paciente. Ésta está cada vez más integrada en los flujos de trabajo de los sistemas de información: derivaciones entre niveles asistenciales, interconsultas entre especialidades, traslados de pacientes, notas para los cambios de turno… todas estas acciones incorporan información importante sobre el paciente cuya integridad no puede verse afectada bajo ningún concepto.

Enumeremos algunos de los problemas más frecuentes en la comunicación clínica cuando se usan las tecnologías de la información de la salud (TIS):CClinica

  • Errores en la identificación del paciente sobre el que va referido el mensaje.
  • Mensajes que llegan incompletos (por errores durante la transmisión).
  • Incertidumbre sobre si un mensaje ha sido leído por el receptor o no.
  • Mensajes que llegan a un clínico que no está disponible (por ejemplo, de vacaciones).
  • Mensajes que llegan al clínico que no corresponde.
  • Un buzón lleno que rechaza mensajes entrantes sin notificar al emisor.

Esta es una pequeña muestra de lo que puede ocurrir dentro de una organización. Pero el escenario es cada vez más complejo y ya no es raro que haya comunicación entre organizaciones con sistemas de información diferentes (por ejemplo, los conciertos del sistema público con entidades privadas).

 

Los procesos relacionados con la comunicación clínica son complejos y vulnerables a fallos

 

Y a esto se añaden los ciudadanos, que cada vez tienen más interés y herramientas para comunicarse con los profesionales que cuidan de su salud, independientemente de la organización a la que pertenezcan.

Por tanto, no debemos conformarnos únicamente con que nuestros sistemas funcionen bien de puertas para adentro. Tenemos que estar listos para dar respuesta a un escenario cada vez más complejo, en el que la información trasciende nuestros sistemas y, del mismo modo, lo hace nuestra responsabilidad. Ya deja de valer eso de “lo mío funciona bien, el problema es del otro”. Ser parte de la cadena es algo más que preocuparte de tu eslabón. Nuestro compromiso es con nuestros ciudadanos y así debemos hacerlo valer.

Echemos ahora un vistazo a la guía.

 

Los profesionales confían en la tecnología para apoyar y gestionar sus complejos procesos de comunicación durante su actividad asistencial. Si se aplica y utiliza correctamente, las TIS tienen potencial para mejorar la seguridad y buen uso de la comunicación clínica.

 

FASE 1 – Sistemas de información seguros.

  1. La información clínica urgente se entrega a los clínicos en tiempo y forma, quedando el proceso registrado en la historia clínica electrónica.
  2. Las políticas y la formación deben orientarse a facilitar el uso apropiado del sistema de mensajería, limitando los mensajes innecesarios.
  3. La historia clínica electrónica debe permitir a los clínicos consultar el estado de sus mensajes (por ejemplo: enviado, entregado, abierto, aceptado…).
  4. Los mensajes muestran claramente quién inició la comunicación, así como la fecha y hora en la que el mensaje fue enviado.

FASE 2 – Usando los sistemas de información de forma segura.

  1. La historia clínica electrónica facilita la provisión de toda la información necesaria para la derivación e interconsulta electrónica antes de que sea enviada (es decir, no debe dejar que se envíe el mensaje sin cumplimentar campos clave como: especialidad, motivo de la derivación, diagnóstico, etc).
  2. La historia clínica electrónica debe facilitar el envío preciso de mensajes entre clínicos y permitir el reenvío a otros clínicos.
  3. Los clínicos deben poder acceder de manera electrónica a la información de contacto del paciente y del clínico responsable (por ejemplo: correo electrónico, teléfono, fax…), así como poder identificar a todos los clínicos que están implicados en ese momento en el cuidado del paciente.
  4. El sistema de mensajería debe incluir la capacidad de indicar la urgencia de un mensaje.
  5. La historia clínica electrónica contiene una copia de las comunicaciones entre clínicos.
  6. La historia clínica electrónica muestra la información más crítica (por sensibilidad o tiempo) de manera más prominente que la información menos urgente.
  7. Tanto el diseño de la historia clínica electrónica como las políticas de la organización deben identificar claramente a los clínicos responsables de acciones o seguimiento consecuencia de un mensaje.

 

FASE 3 – Monitorizando la seguridad.

  1. Existen mecanismos para monitorizar la puntualidad de la aceptación y respuesta de los mensajes.

Índice de la serie Impacto de las Tecnologías de la Información Sanitarias en la Seguridad del Paciente

Autores:

Grupo de Trabajo 50 Sombras de GEIT. APISA. 2016

Ana I Borrego
Inmaculada Castejón
Ana M Chups
Juan Diaz
Mª Carmen Dominguez
Manuel Jimber
Beatriz Martínez
Manuel Quintas
Diego Rodero
Ana B Sánchez
Luis Santiago Sánchez
Fran Sánchez
Victoria Zafra

Patrocinadores

Impacto de las Tecnologías de la Información en la Seguridad del Paciente XII. Guías SAFER. Comunicación Clínica

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